La competitividad está también en las aulas y no solo a la hora de buscar un empleo. Especialmente cuando las personas quieren ocupar un puesto de trabajo muy solicitado y con pocas plazas. Si se ponen en práctica unos hábitos de estudio o el uso de unas determinadas técnicas adecuadas, el rendimiento mejorará notablemente. Por eso, es necesario cumplir con unos horarios, establecer una metodología, organizar y planificar el tiempo, mantener un buen ritmo de trabajo constante y estudiar en espacios ordenados y silenciosos.
Hábitos de estudio recomendados
1. Crear un plan de estudio. Un calendario de estudio equilibrado ayudará a la concentración y a avanzar poco a poco en la consecución de nuestros objetivos.
2. Tomar descansos. Atiborrarse de información no es lo mejor para aprobar un examen. De hecho, nuestra capacidad de aprendizaje y retención de información disminuye en proporción al tiempo que pasamos delante de los libros. Por eso, es importante realizar algunos descansos.
3. Crear apuntes propios. Subrayar, crear esquemas o mapas conceptuales y hacer fichas de estudio son técnicas que consiguen resumir las ideas más importantes. Con el subrayado destacaremos las partes más significativas de los textos, tras hacer una lectura comprensiva previamente. Los esquemas o mapas conceptuales sirven para organizarnos con el temario, para ahorrarnos tiempo de estudio y tener mayor facilidad a la hora de repasar. Con las fichas asimilaremos datos concretos como fechas y números.
4. El repaso espaciado. Es un tipo de aprendizaje con una efectividad de memorización de los conceptos a largo plazo. Retrasa la curva del olvido y la información será retenida durante más tiempo.
5. Examinarse regularmente y practicar bajo condiciones de examen. Para obtener el resultado deseado debemos realizar pruebas y simulaciones que se asemejen al examen real.
Si usas estos métodos con regularidad para estudiar, notarás que tus resultados son más positivos que antes. ¡Síguelos!