Desarrollar prácticas mientras nos estamos formando es un hecho indiscutible. Las empresas e instituciones que han de contratar a las personas trabajadoras buscan una serie de perfiles profesionales, con capacidades, habilidades y competencias que les permitan cubrir sus necesidades.
En este contexto, las prácticas laborales son el primer contacto entre el alumnado y el mercado laboral. Un encuentro que permitirá que las personas que se están formando adquieran las competencias necesarias para enfrentarse a los problemas reales de su profesión. Las prácticas adecuadas son las que vinculan los conocimientos teóricos impartidos en el aula, con el mercado laboral y las exigencias de las empresas.
Los centros de estudios no deben ser ajenos a la importancia de estas prácticas sino que, al contrario, tienen que facilitarlas y potenciarlas. Con unas prácticas estrechamente vinculadas con los estudios cursados cualquier empresa que mire nuestras competencias se interesará más aún.
Las personas que estén realizando cursos de formación se enfrentarán a prácticas que harán que entren en contacto con la realidad laboral, lo que requiere el mercado de trabajo. Estas prácticas implicarán los perfiles profesionales y les ayudarán a facilitar su aparición en una empresa.
Los cursos presenciales son, por todo esto, los que más demandan ya que la experiencia marca el futuro laboral de todas las personas que quieran incorporarse en el mercado. La formación práctica aporta destrezas que se modelan a raíz de esa experiencia.
Apostar por la formación práctica es apostar por un empleo. Nuestros cursos de formación son una de las opciones que podéis barajar para continuar con vuestra experiencia en determinados campos. Desde cursos de inglés profesional para distintos servicios hasta cursos de teleformación o gestión de llamadas de teleasistencia.
